07 janvier, 2013

Perfume de vos

Ella tenia pudor y evitaba desvestirse en su presencia. Un pudor exagerado, observó él. Un pudor extraño. Por fin ella le dio la espalda, se quitó la blusa y volteó enseñándole unos senos punteagudos, aunque cruzando los brazos justo sobre el abdomen. No hacia frío como para un gesto asi.
"¿Ves?" dijo ella. "Ves. Ningún hombre vio esto", y le mostró su vientre sorprendentemente cato y liso, sin ombligo. "Cuando nací -contó ella-, no hizo falta cortar el cordón umbilical. Con solo tirar de él, mi ombligo se separo del vientre como un capullo. Mi padre entonces me puso Eva, como la primera mujer, que al nacer de una costilla de Adán tampoco tenia ombligo. Pero mi madre se alarmó y  llena de superstición  dijo a los gritos que si la primera mujer había nacido sin ombligo ésto podría indicar que fuese yo la ultima mujer. Cómo se rieron mi padre y los médicos. Sin embargo, hasta que no nació otra niña en el ala opuesta, reinó en el hospital una absurda incertidumbre"
El escucho la historia en silencio y  se rió del mismo modo que los médicos parteros. Después, con la lengua, recorrió el vientre sin ombligo y le hizo el amor como si ella fuera, en efecto, la ultima mujer en la tierra.



El dolor te hace hacer muchas cosas, pero me di cuenta que no nos puede hacer perder la dignidad. Por mucho que amemos a alguien, merecemos que nos amen igual; y si vemos que no es así, es mejor tomar distancia.






El lunes caí en la cuenta de que estabamos en una cueva. 
En dos dias cavé 20 kilometros en direccion opuesta a vos. 
Veinte dias luego de haberte abandonado, 
volvimos a encontrarnos 




Su voz es la única que me tranquilizaría.
Mientras que mi cuerpo está aca
su voz flota en otra dimencion,
una dimencion a la que yo tambien pertenezco

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