25 janvier, 2011

Anoche me encontré persiguiendo las olas del mar y maldiciendo las estrellas y luego me desperté sobre la arena humeda. Queria que el mar me lleve lejos de acá para poder ahogar mis recuerdos y limpiar mis heridas, que sean curadas. Pero se vé que el mar no quizo llevarme con él, se fue riéndose de mí.
Tan estupida que fui, tan cobarde de no ser capaz yo misma de olvidarlo todo, tratar de volver a comenzar.
Cuesta tanto, todo es difícil. todo tarda tanto tiempo cuando queres un nuevo cambio.

Tuve que volver, y en la carretera me pregunta un niño: "Hey, ¿conocés a Luciana?"
Y yo no pude contestarle y seguí caminando sin voltear, sus pasos me seguian y vuelve esa pregunta:
"¿Conoces a Luciana?" y contesté: "No, no la he vuelto a ver jamás" La cara del niño quedó anonadada. Es que ya ni yo misma me conocia. Vos te llevaste gran parte de mí y me dejaste la peor vida.

Cuando llego a lo que todos llaman "Hogar" encuentro la colección de pastillas para tratar de no despertar ésta realidad, el vaso de vino a medio tomar, y toda una habitación parecida a un calabozo, y en aquel cajón la consecuencia de lo que sería un gran apagón para mi vida.
Me miro en el espejo con ese sensual revolver apuntandome la sien... ¡Decidí terminar todo! o quizás decidí volver a comenzar e intentar una vez más. Siempre creí en la reencarnación y ésta vez quisiera ser otra, mis pecados en mi anterior cuerpo ya se habian pagado en vida. Fui herida, perseguida y desterrada
así que por favor: No vuelvas a la misma historia.

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