Estaban los dos enamorados sentados en un banco de plaza, hasta que sus miradas dejaron de darse la mano y la lluvia fue apagando el fuego de dos corazones apasionados, hasta que llegó la nieve y los convirtió en una roca de hielo, que más tarde el sol fue derritiendo para que se haga agua esparcida por la tierra, tierra que sus pasos jamás volveran a pisar juntos.
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