16 août, 2010

Esta es mi parada

Es el décimo cigarrillo en la noche, es la vigésimo cuarta página del libro que empecé a leer, es el mismo ruido de la gota de agua que cae sobre esos platos sucios, y el viento que choca fuerte con mi ventanal. Es el mismo café de todas las noches que acompaña esta soledad tan ingrata que dejaste instalada en casa cuando partiste de aquí.
Es el mismo desvelo de todas las noches, donde yo te espero sentado en el mismo sofá, durmiendo en la misma cama que dejaste vacia, esperando que los sueños me atrapen para allí encontrarte.
Miro a las estrellas y veo tus ojos. ¿por donde andarás? solo te digo donde quieras que estes que no me importa morir, quiero que desaparezca el pasado, tenerte entre mis brazos. Que seas mía.
Pensar estas cosas me vuelven cada vez más masoquista. Tengo la impresión de que empiezo a divagar.
Amanece luego tan pronto, y yo sigo acá tan solo. Me siento dévil, aún desprotegido y muy cobarde.
Las horas pasan lento y esas distancias se ven cada vez más infinitas.
Es la misma rutina. El mismo libro, los mismos cigarros, el mismo café en el mismo sofá...y son las mismas ancias de querer irte a buscar.
Voy a dejar que la vida me lleve por delante, voy a dejar que el mundo se caiga a mis pies. Que el tiempo me vaya dejando arrugas en el rostro.
Una vez dije que queria morir de viejo al lado tuyo. Sólo te tengo en mis pensamientos. Entonces, con ellos he de morirme.

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